2454: La Era post-Cataclismo
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2454: La Era post-Cataclismo
Puesto que el transfondo del mundo es excesivamente vasto para hacer una descripción detallada (tendría que escribir un libro xD), iré poniendo información sobre esto y aquello, en forma de artículos de prensa, informes de científicos, fragmentos de libros de historia o lo que se me ocurra. Espero que os resulte interesante ^^.
[Cualquiera que quiera aportar algo a la ambientación, que se ponga en contacto conmigo]
Historia "antigua"
Año 2454. Apenas nadie recuerda ya los hechos que los llevaron a vivir como viven ahora, en las grandes ciudades-estado autosuficientes, poderosas como países de épocas pasadas. Aún y en las historias de quienes las escucharon de sus abuelos, oídas a su vez de otra gente que es posible, remotamente, que las escuchase de quien lo vivió, no se puede distinguir la verdad de la leyenda y el folclore. El Día del Cataclismo, 4 de Julio de 2112, fue como un nuevo nacimiento para la civilización, no por el florecer, sino por la desaparición prácticamente completa de los registros anteriores.
En una sociedad que tiene cuanto necesita en su ciudad, descomunalmente grande, que vive y muere bajo la cúpula acristalada del Domo, poco importan las historias sobre el pasado, sobre lo que hay fuera… más aún cuando las versiones oficiales hablan de monstruos descomunales, de una naturaleza tan voraz y descontrolada que podría exterminar cualquier visitante. Sin embargo, aunque más escasos y peor organizados que en épocas pasadas, siempre hay científicos y estudiosos que se hacen preguntas, que tratan de recuperar el saber del duro golpe que sufrió en tan aciago día. A continuación se presenta la historia conocida sobre los hechos que marcaron el inicio de nuestra Era.
[Nota del escritor: Puesto que la posibilidad de comunicación a nivel mundial que, se sospecha, existía en la anterior Era, quedó destruida durante el Cataclismo, la información que se muestra es la correspondiente a los registros y archivos de la ciudad de Yoruk. No obstante, los escasos y valiosos informes del doctor Samuel Bold, que tuvo el privilegio de viajar hasta otra de las ciudades, apuntan en la misma dirección. Fue una desgracia que muriese al poco de regresar por una enfermedad contraída en el exterior, sin poder concluir sus trabajos]
Versión Oficial
La versión oficial de los hechos es la que dio el nuevo gobierno, gracias a la rapidez del cual la población superviviente en la zona se reorganizó rápidamente, dando lugar a la fundación de nuestra ciudad, Yoruk. En los Archivos de la ciudad se pueden encontrar registros escritos sobre estos hechos, relatados por los propios fundadores, con detalles sobre la construcción de las ciudades e incluso algunos planos, aunque eso no es lo que nos ocupa.
[Extraído de un discurso del nuevo gobierno, días después del Cataclismo]
… esta ha sido una hecatombe de dimensiones colosales, como la humanidad no había conocido jamás. Todo apunta a que un experimento fallido, del que desconocemos la naturaleza, lo ha provocado, Dios castigue a sus precursores. Desafortunadamente, las comunicaciones se perdieron poco después de recibir el primer informe, por lo que no sabemos más, pero os diré lo que sabemos. El mundo ha cambiado, el que conocíamos ha muerto. Fruto de este incidente, la naturaleza parece haberse desbordado, como si volviésemos a tiempos de la creación. No hará falta que os haga notar que la vegetación ha crecido, en unos días, lo que no crecería en años. A las puertas de nuestra ciudad se alza una jungla densa, imposible de atravesar… y los ruidos que emergen de ella hacen temblar nuestros corazones. Se han avistado criaturas de un tamaño mayor que cualquier cosa que se hubiese visto antes en estos lugares, tan cerca de la civilización. ¿Qué horrores han creado, qué espantos han desatado, estos malditos científicos? No lo se, pero sí se que debemos hacer algo, debemos protegernos de ellos. Por centenas, por miles, se cuentan los muertos y desaparecidos. Menor es el número de heridos, pues parece que nadie dejan con vida… (El discurso sigue, narrando la tragedia de familias enteras devoradas, enumerando los peligros, describiendo lo que podría ocurrirles a todos)
… concluyo, pues, que nos vemos forzados a actuar. Mis compañeros y yo estamos dispuestos a asumir el mando, y tenemos los medios para, con la ayuda del ejército y la colaboración de la población, salir de esta. Debemos actuar con rapidez y adaptar nuestra ciudad para convertirla en un lugar en que vivir en este nuevo mundo, un lugar que pueda acoger a toda la población que necesite refugio. Podemos hacerlo.
[Fin del discurso]
Es evidente la calma, el saber hacer de los gobernantes que tomaron el control. Según se sabe, en pocos días la población comenzó a trabajar, declarándose el estado de excepción para que el orden se mantuviese y los trabajos fuesen lo llevados a cabo lo más rápido posible. Parece ser, aunque no tenemos certezas, que el área que circunda la ciudad había sido preparada, quizá por una mente previsora, para la construcción del Domo y la ciudad tal y como hoy la conocemos. La construcción de la parte subterránea, conocida como la Colmena, fue llevada a cabo a lo largo del siguiente siglo. La obra completa de construcción de la ciudad fue titánica, llevada a cabo con máquinas y tecnología hoy en día inutilizable, pues si bien se conserva la maquinaria, en museos y almacenes del gobierno, se desconoce su forma de utilización y puesta apunto, y carecemos además del combustible para hacerlas funcionar.
Como el lector inteligente podrá suponer, la naturaleza desbocada siguió su curso, y es por eso que a día de hoy resulta tan inseguro salir de las ciudades, es por eso que nuestros gobernantes lo prohíben, salvo en casos muy especiales. Prueba de ello es la muerte de Samuel Bold, aún y habiendo tenido la fortuna de no encontrarse con ninguna de las criaturas depredadoras que vagan en la espesura.
Los cultos religiosos
Pese a la escasa credibilidad que nosotros, los científicos, damos a tales explicaciones, no podemos concluir el artículo sin comentar la otra “explicación” de lo ocurrido. Algunos radicales religiosos, atribuyendo a Dios obras y culpas que son solo del hombre, afirman que no hubo experimento alguno, sino que fue el Creador quien nos castigó por los pecados cometidos. Es cierto que no hay evidencias ni documentos sobre tal experimento, pero esto es sin duda fruto de la confusión que siguió al Cataclismo, y no se descarta que se encuentren en algún lugar del mundo, fuera de nuestro alcance. Afortunadamente, aunque esta explicación religiosa está bastante extendida, especialmente entre la gente con un nivel de cultura bajo, hace tiempo que la discusión sobre estas materias dejó de interesar al “pueblo llano”, por lo que aunque equivocada, es una visión de los hechos totalmente inocua para el orden.
[Cualquiera que quiera aportar algo a la ambientación, que se ponga en contacto conmigo]
Historia "antigua"
Año 2454. Apenas nadie recuerda ya los hechos que los llevaron a vivir como viven ahora, en las grandes ciudades-estado autosuficientes, poderosas como países de épocas pasadas. Aún y en las historias de quienes las escucharon de sus abuelos, oídas a su vez de otra gente que es posible, remotamente, que las escuchase de quien lo vivió, no se puede distinguir la verdad de la leyenda y el folclore. El Día del Cataclismo, 4 de Julio de 2112, fue como un nuevo nacimiento para la civilización, no por el florecer, sino por la desaparición prácticamente completa de los registros anteriores.
En una sociedad que tiene cuanto necesita en su ciudad, descomunalmente grande, que vive y muere bajo la cúpula acristalada del Domo, poco importan las historias sobre el pasado, sobre lo que hay fuera… más aún cuando las versiones oficiales hablan de monstruos descomunales, de una naturaleza tan voraz y descontrolada que podría exterminar cualquier visitante. Sin embargo, aunque más escasos y peor organizados que en épocas pasadas, siempre hay científicos y estudiosos que se hacen preguntas, que tratan de recuperar el saber del duro golpe que sufrió en tan aciago día. A continuación se presenta la historia conocida sobre los hechos que marcaron el inicio de nuestra Era.
[Nota del escritor: Puesto que la posibilidad de comunicación a nivel mundial que, se sospecha, existía en la anterior Era, quedó destruida durante el Cataclismo, la información que se muestra es la correspondiente a los registros y archivos de la ciudad de Yoruk. No obstante, los escasos y valiosos informes del doctor Samuel Bold, que tuvo el privilegio de viajar hasta otra de las ciudades, apuntan en la misma dirección. Fue una desgracia que muriese al poco de regresar por una enfermedad contraída en el exterior, sin poder concluir sus trabajos]
Versión Oficial
La versión oficial de los hechos es la que dio el nuevo gobierno, gracias a la rapidez del cual la población superviviente en la zona se reorganizó rápidamente, dando lugar a la fundación de nuestra ciudad, Yoruk. En los Archivos de la ciudad se pueden encontrar registros escritos sobre estos hechos, relatados por los propios fundadores, con detalles sobre la construcción de las ciudades e incluso algunos planos, aunque eso no es lo que nos ocupa.
[Extraído de un discurso del nuevo gobierno, días después del Cataclismo]
… esta ha sido una hecatombe de dimensiones colosales, como la humanidad no había conocido jamás. Todo apunta a que un experimento fallido, del que desconocemos la naturaleza, lo ha provocado, Dios castigue a sus precursores. Desafortunadamente, las comunicaciones se perdieron poco después de recibir el primer informe, por lo que no sabemos más, pero os diré lo que sabemos. El mundo ha cambiado, el que conocíamos ha muerto. Fruto de este incidente, la naturaleza parece haberse desbordado, como si volviésemos a tiempos de la creación. No hará falta que os haga notar que la vegetación ha crecido, en unos días, lo que no crecería en años. A las puertas de nuestra ciudad se alza una jungla densa, imposible de atravesar… y los ruidos que emergen de ella hacen temblar nuestros corazones. Se han avistado criaturas de un tamaño mayor que cualquier cosa que se hubiese visto antes en estos lugares, tan cerca de la civilización. ¿Qué horrores han creado, qué espantos han desatado, estos malditos científicos? No lo se, pero sí se que debemos hacer algo, debemos protegernos de ellos. Por centenas, por miles, se cuentan los muertos y desaparecidos. Menor es el número de heridos, pues parece que nadie dejan con vida… (El discurso sigue, narrando la tragedia de familias enteras devoradas, enumerando los peligros, describiendo lo que podría ocurrirles a todos)
… concluyo, pues, que nos vemos forzados a actuar. Mis compañeros y yo estamos dispuestos a asumir el mando, y tenemos los medios para, con la ayuda del ejército y la colaboración de la población, salir de esta. Debemos actuar con rapidez y adaptar nuestra ciudad para convertirla en un lugar en que vivir en este nuevo mundo, un lugar que pueda acoger a toda la población que necesite refugio. Podemos hacerlo.
[Fin del discurso]
Es evidente la calma, el saber hacer de los gobernantes que tomaron el control. Según se sabe, en pocos días la población comenzó a trabajar, declarándose el estado de excepción para que el orden se mantuviese y los trabajos fuesen lo llevados a cabo lo más rápido posible. Parece ser, aunque no tenemos certezas, que el área que circunda la ciudad había sido preparada, quizá por una mente previsora, para la construcción del Domo y la ciudad tal y como hoy la conocemos. La construcción de la parte subterránea, conocida como la Colmena, fue llevada a cabo a lo largo del siguiente siglo. La obra completa de construcción de la ciudad fue titánica, llevada a cabo con máquinas y tecnología hoy en día inutilizable, pues si bien se conserva la maquinaria, en museos y almacenes del gobierno, se desconoce su forma de utilización y puesta apunto, y carecemos además del combustible para hacerlas funcionar.
Como el lector inteligente podrá suponer, la naturaleza desbocada siguió su curso, y es por eso que a día de hoy resulta tan inseguro salir de las ciudades, es por eso que nuestros gobernantes lo prohíben, salvo en casos muy especiales. Prueba de ello es la muerte de Samuel Bold, aún y habiendo tenido la fortuna de no encontrarse con ninguna de las criaturas depredadoras que vagan en la espesura.
Los cultos religiosos
Pese a la escasa credibilidad que nosotros, los científicos, damos a tales explicaciones, no podemos concluir el artículo sin comentar la otra “explicación” de lo ocurrido. Algunos radicales religiosos, atribuyendo a Dios obras y culpas que son solo del hombre, afirman que no hubo experimento alguno, sino que fue el Creador quien nos castigó por los pecados cometidos. Es cierto que no hay evidencias ni documentos sobre tal experimento, pero esto es sin duda fruto de la confusión que siguió al Cataclismo, y no se descarta que se encuentren en algún lugar del mundo, fuera de nuestro alcance. Afortunadamente, aunque esta explicación religiosa está bastante extendida, especialmente entre la gente con un nivel de cultura bajo, hace tiempo que la discusión sobre estas materias dejó de interesar al “pueblo llano”, por lo que aunque equivocada, es una visión de los hechos totalmente inocua para el orden.
Re: 2454: La Era post-Cataclismo
La descripción de la ciudad es necesaria para que os situéis y comprendáis el tipo de vida de vuestros personajes, pero dependiendo de dónde vivan sabrán poco sobre el resto de la ciudad (concretamente, sabrán poco de la mitad en la que no viven, ahora lo entenderéis). Con esto quiero decir que tengáis cuidado con el meta-rol, es decir, que vuestro personaje no haga uso de información que vosotros tenéis por haber leído este post, pero que él no tiene.
La Ciudad, Yoruk
Si bien la estructura que se describe a continuación es la de vuestra ciudad, según os han enseñado desde pequeños en la escuela, todas las ciudades de después del Cataclismo fueron construidas siguiendo los mismos planos, por lo que deberían ser prácticamente idénticas.
La ciudad es un elipsoide (esto es, parecido a un huevo xD) de tamaño descomunal, con uno de los ejes justo al nivel del suelo y paralelo a este, quedando media ciudad bajo tierra. Si bien la extensión de la ciudad es aproximadamente la de una ciudad actual (una ciudad grande, como Nueva York), la estructura permite que tenga gran cantidad de “pisos”, siendo cada uno de ellos como una ciudad distinta, por lo que la población es prácticamente la de un país. La única fuente de energía es la solar, sobre lo que también se ha avanzado hasta niveles impensables de aprovechamiento.
La parte superior (sobre la tierra) está cubierta de una cúpula de cristal, llamada Domo, que permite la entrada de luz solar. Además, en los pisos intermedios, avanzados sistemas de espejos y cristales hacen que la luz solar llegue a toda la ciudad, aún y en las partes alejadas de los bordes. Únicamente el último piso, en que viven las personas más ricas e influyentes, altos cargos del gobierno y dueños de las más importantes empresas (que normalmente funcionan con capital público, siendo parte de la élite gobernante, aunque eso los personajes no lo saben). Asimismo, algunos de estos pisos con luz solar están dedicados por completo a la agricultura, la ganadería y la piscifactoría, todo completamente automatizado, siendo tan solo necesarios algunos técnicos especializados que supervisen la maquinaria. También hay, en el nivel más bajo, grandes centros de reciclaje. La falta de materias primas hace que prácticamente todo se recicle, y la gente tiene una gran conciencia al respecto, separando siempre lo que tira para su posterior procesado.
La gente que vive en esta parte de la gran ciudad se dedica en su mayoría a tareas administrativas, a trabajos especializados como técnicos, o simplemente a vivir. Las familias que no trabajan en nada, pero que pertenecen a la sociedad “rica” por nacimiento, tienen la obligación de enviar al menos un miembro de cada generación al ejército, ya que deben aportar algo a la ciudad a cambio de lo que esta les da. El sistema es una especie de comunismo en que la gente tiene derecho a más o menos posesiones en función del “nivel” en que vive, su aportación a la sociedad y sus capacidades, aunque incluso los que peor viven lo hacen en barrios de unifamiliares y sin que les falte nada, ni siquiera los caprichos. No obstante, siempre hay quien quiere más (pese a que en la escuela se educa y adoctrina desde pequeño para vivir en este sistema, respetarlo y perpetuarlo), por lo que cualquier pensamiento disidente es fuertemente reprimido (y si no se corrige, eliminado).
La parte inferior se encuentra completamente bajo tierra, comenzando a unos 10 metros del nivel del suelo y extendiéndose hacia abajo tanto como la parte superior lo hace hacia arriba. Aquí el sistema de distribución de la riqueza es el mismo que arriba, en teoría. Solo en teoría. El gobierno se encarga de que llegue suficiente comida, y de que los bienes que produzcan sean recogidos, pero por lo demás el sistema es precario. La ropa, la tecnología, y en general cualquier producto que no sea básico para vivir, son los despojos de la parte alta. Lo que sobra, lo que no se vendió, lo que ha quedado obsoleto o han tirado porque ya no les servía. El mantenimiento de los edificios, máquinas y cualquier otra cosa lo hace la gente a la que afecta, y no técnicos especializados, inexistentes allí abajo, por lo que las cosas funcionan de cualquier manera, si funcionan. Hay incluso, entre algunos pisos, fisuras que llevan a otro nivel.
Es conocida popularmente como “La Colmena”, y en ella viven (y mueren, sin haber salido de allí) las clases más bajas. En un primer momento se creó para albergar a los refugiados de otros lugares, una vez fundada la ciudad. Actualmente es también donde va a parar cualquiera que caiga en desgracia, haga mal su trabajo o enfade a la persona errónea, en la parte superior. Resulta curioso, en contraste, el modo en que está construida. Las casas son cubos de unos tres metros de alto en la mayoría de pisos, situadas una al lado de la otra formando calles y plazas, como en cualquier ciudad… la diferencia es que el techo no solo cubre las casas, sino absolutamente todo. La luz es artificial en toda La Colmena, o inexistente en las zonas peor conservadas. Hay barrios enteros abandonados o semi-abandonados, en un estado de ruina absoluta. Se dice que en los pisos inferiores es donde más salvaje es todo, ya que llegan menos cosas “de arriba”, habiendo grupos de gente que vive en manadas, como animales. Al gobierno no le preocupa que luchen entre ellos por la comida o por las posesiones, ni que se “cacen” entre ellos incluso, siempre que la cosa no sea excesiva y amenace con destruir la “estabilidad”. Estabilidad impuesta por diferentes clanes, asociaciones libres de gente que han logrado, normalmente por la fuerza, hacerse con el control de una parte de la ciudad. Como nobles en la edad media, sus líderes negocian entre ellos el repartimiento de las zonas y se aseguran de mantener la paz, llevándose lo que quieren y sacando un beneficio por su cargo. Además, la necesidad y la escasez de productos a hecho que en esta zona de la ciudad haya transacciones comerciales con monedas, en lugar del sistema comunista de arriba. La moneda suelen ser pequeños trozos de metales extraños, huesos o cualquier otra cosa, dependiendo de la zona, aunque tampoco es infrecuente intercambiar cosas, sin más.
No es extraño, dadas las brutales condiciones, que la gente se aliste para formar parte del ejército, aspirando a algo mejor. Dada la gran cantidad de solicitudes desde los barrios bajos, se hacen pruebas y una criba exhaustiva, a diferencia de lo que ocurre con la gente “rica” que se acaba en el ejército.
Por último, entre ambas zonas, con una parte subterránea y otra sobre el nivel del suelo, se encuentra la Zona de Control. Este conjunto de pisos es propiedad del ejército, está fuertemente militarizado y es el único lugar en que se pueden encontrar armas de fuego. La parte superior, a la que da la luz solar, es aparentemente un piso más de ciudad, con moradas humildes para los militares. Debajo de esta hay grandes almacenes, hangares y garajes en que se guardan los vehículos y armas, y en este nivel se encuentran las escasas salidas de la ciudad, colosales túneles que emergen de esta, terminando en ciudadelas fortificadas contra cualquier amenaza exterior. Tras este piso, se encuentran los campos de entrenamiento, así como grandes zonas con barracones para los reclutas, e incluso simulaciones de territorio al aire libre, tal como se recuerda en los archivos de antes del Cataclismo.
Finalmente, el último piso (por abajo) es una especie de búnker fortificado, con enormes paredes y suelos de hormigón de varios metros de espesor. En este están las compuertas que dan a La Colmena, abiertas en el suelo y con grandes ascensores que permitirían subir de ser necesario (aunque generalmente el viaje es de bajada, y simplemente se abre la compuerta y se baja, con cuerdas, la comida o cualquier otra cosa). Bajo cada compuerta, un gran agujero llega hasta abajo, al final de la ciudad, siendo posible llegar desde allí a cualquier piso subterráneo. La subida es prácticamente imposible, pues además de las gruesas compuertas de acero, el piso entero está lleno de fortificaciones, cámaras, armas automáticas e incluso campos de minas.
La Ciudad, Yoruk
Si bien la estructura que se describe a continuación es la de vuestra ciudad, según os han enseñado desde pequeños en la escuela, todas las ciudades de después del Cataclismo fueron construidas siguiendo los mismos planos, por lo que deberían ser prácticamente idénticas.
La ciudad es un elipsoide (esto es, parecido a un huevo xD) de tamaño descomunal, con uno de los ejes justo al nivel del suelo y paralelo a este, quedando media ciudad bajo tierra. Si bien la extensión de la ciudad es aproximadamente la de una ciudad actual (una ciudad grande, como Nueva York), la estructura permite que tenga gran cantidad de “pisos”, siendo cada uno de ellos como una ciudad distinta, por lo que la población es prácticamente la de un país. La única fuente de energía es la solar, sobre lo que también se ha avanzado hasta niveles impensables de aprovechamiento.
La parte superior (sobre la tierra) está cubierta de una cúpula de cristal, llamada Domo, que permite la entrada de luz solar. Además, en los pisos intermedios, avanzados sistemas de espejos y cristales hacen que la luz solar llegue a toda la ciudad, aún y en las partes alejadas de los bordes. Únicamente el último piso, en que viven las personas más ricas e influyentes, altos cargos del gobierno y dueños de las más importantes empresas (que normalmente funcionan con capital público, siendo parte de la élite gobernante, aunque eso los personajes no lo saben). Asimismo, algunos de estos pisos con luz solar están dedicados por completo a la agricultura, la ganadería y la piscifactoría, todo completamente automatizado, siendo tan solo necesarios algunos técnicos especializados que supervisen la maquinaria. También hay, en el nivel más bajo, grandes centros de reciclaje. La falta de materias primas hace que prácticamente todo se recicle, y la gente tiene una gran conciencia al respecto, separando siempre lo que tira para su posterior procesado.
La gente que vive en esta parte de la gran ciudad se dedica en su mayoría a tareas administrativas, a trabajos especializados como técnicos, o simplemente a vivir. Las familias que no trabajan en nada, pero que pertenecen a la sociedad “rica” por nacimiento, tienen la obligación de enviar al menos un miembro de cada generación al ejército, ya que deben aportar algo a la ciudad a cambio de lo que esta les da. El sistema es una especie de comunismo en que la gente tiene derecho a más o menos posesiones en función del “nivel” en que vive, su aportación a la sociedad y sus capacidades, aunque incluso los que peor viven lo hacen en barrios de unifamiliares y sin que les falte nada, ni siquiera los caprichos. No obstante, siempre hay quien quiere más (pese a que en la escuela se educa y adoctrina desde pequeño para vivir en este sistema, respetarlo y perpetuarlo), por lo que cualquier pensamiento disidente es fuertemente reprimido (y si no se corrige, eliminado).
La parte inferior se encuentra completamente bajo tierra, comenzando a unos 10 metros del nivel del suelo y extendiéndose hacia abajo tanto como la parte superior lo hace hacia arriba. Aquí el sistema de distribución de la riqueza es el mismo que arriba, en teoría. Solo en teoría. El gobierno se encarga de que llegue suficiente comida, y de que los bienes que produzcan sean recogidos, pero por lo demás el sistema es precario. La ropa, la tecnología, y en general cualquier producto que no sea básico para vivir, son los despojos de la parte alta. Lo que sobra, lo que no se vendió, lo que ha quedado obsoleto o han tirado porque ya no les servía. El mantenimiento de los edificios, máquinas y cualquier otra cosa lo hace la gente a la que afecta, y no técnicos especializados, inexistentes allí abajo, por lo que las cosas funcionan de cualquier manera, si funcionan. Hay incluso, entre algunos pisos, fisuras que llevan a otro nivel.
Es conocida popularmente como “La Colmena”, y en ella viven (y mueren, sin haber salido de allí) las clases más bajas. En un primer momento se creó para albergar a los refugiados de otros lugares, una vez fundada la ciudad. Actualmente es también donde va a parar cualquiera que caiga en desgracia, haga mal su trabajo o enfade a la persona errónea, en la parte superior. Resulta curioso, en contraste, el modo en que está construida. Las casas son cubos de unos tres metros de alto en la mayoría de pisos, situadas una al lado de la otra formando calles y plazas, como en cualquier ciudad… la diferencia es que el techo no solo cubre las casas, sino absolutamente todo. La luz es artificial en toda La Colmena, o inexistente en las zonas peor conservadas. Hay barrios enteros abandonados o semi-abandonados, en un estado de ruina absoluta. Se dice que en los pisos inferiores es donde más salvaje es todo, ya que llegan menos cosas “de arriba”, habiendo grupos de gente que vive en manadas, como animales. Al gobierno no le preocupa que luchen entre ellos por la comida o por las posesiones, ni que se “cacen” entre ellos incluso, siempre que la cosa no sea excesiva y amenace con destruir la “estabilidad”. Estabilidad impuesta por diferentes clanes, asociaciones libres de gente que han logrado, normalmente por la fuerza, hacerse con el control de una parte de la ciudad. Como nobles en la edad media, sus líderes negocian entre ellos el repartimiento de las zonas y se aseguran de mantener la paz, llevándose lo que quieren y sacando un beneficio por su cargo. Además, la necesidad y la escasez de productos a hecho que en esta zona de la ciudad haya transacciones comerciales con monedas, en lugar del sistema comunista de arriba. La moneda suelen ser pequeños trozos de metales extraños, huesos o cualquier otra cosa, dependiendo de la zona, aunque tampoco es infrecuente intercambiar cosas, sin más.
No es extraño, dadas las brutales condiciones, que la gente se aliste para formar parte del ejército, aspirando a algo mejor. Dada la gran cantidad de solicitudes desde los barrios bajos, se hacen pruebas y una criba exhaustiva, a diferencia de lo que ocurre con la gente “rica” que se acaba en el ejército.
Por último, entre ambas zonas, con una parte subterránea y otra sobre el nivel del suelo, se encuentra la Zona de Control. Este conjunto de pisos es propiedad del ejército, está fuertemente militarizado y es el único lugar en que se pueden encontrar armas de fuego. La parte superior, a la que da la luz solar, es aparentemente un piso más de ciudad, con moradas humildes para los militares. Debajo de esta hay grandes almacenes, hangares y garajes en que se guardan los vehículos y armas, y en este nivel se encuentran las escasas salidas de la ciudad, colosales túneles que emergen de esta, terminando en ciudadelas fortificadas contra cualquier amenaza exterior. Tras este piso, se encuentran los campos de entrenamiento, así como grandes zonas con barracones para los reclutas, e incluso simulaciones de territorio al aire libre, tal como se recuerda en los archivos de antes del Cataclismo.
Finalmente, el último piso (por abajo) es una especie de búnker fortificado, con enormes paredes y suelos de hormigón de varios metros de espesor. En este están las compuertas que dan a La Colmena, abiertas en el suelo y con grandes ascensores que permitirían subir de ser necesario (aunque generalmente el viaje es de bajada, y simplemente se abre la compuerta y se baja, con cuerdas, la comida o cualquier otra cosa). Bajo cada compuerta, un gran agujero llega hasta abajo, al final de la ciudad, siendo posible llegar desde allí a cualquier piso subterráneo. La subida es prácticamente imposible, pues además de las gruesas compuertas de acero, el piso entero está lleno de fortificaciones, cámaras, armas automáticas e incluso campos de minas.
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